domingo, 19 de agosto de 2007

Palotes o no palotes, he ahí nuestro dilema como educadores.




Hace pocos años (tan pocos como cuando nuestra generación se iniciaba en la lectura), el rol estelar de el denominado “apresto” en las aulas de los jardines infantiles y la educación básica inicial era absolutamente irreemplazable y estelar. ¿Quién no llenó cuadernos y cuadernos haciendo los típicos “palotes”?. Nos pasábamos tardes enteras tratando de que las líneas tanto rectas como curvas nos quedaran a la perfección, nuestros padres nos borraban una y otra vez si es que nuestra “figurita” no nos quedaba tal como el molde que la profesora nos había encomendado seguir. Y al otro año era lo mismo; los mismos tipos…líneas para acá, una “güatita” para acá, para allá y a la inversa. Hoy, recuerdo esos años y pienso: “que labor más latera”, tanto la nuestra como la de nuestros maestros, pues a poco tiempo de convertirme en una docente, una de las cosas que más me entusiasman y apasionan de la carrera es la creación de actividades originales, creativas y por sobre todo significativas para los niños. En ese tiempo se le daba demasiado énfasis al desarrollo psicomotor del pequeño y se pensaba que el apresto era la vía única e indiscutible para formar escritores competentes y “con buena letra”.
Esta fue la vivencia de mi generación en el inicio de nuestra alfabetización, pero si vamos más allá en el tiempo, veremos concepciones aún más absurdas como que “la letra entra con sangre”. Nuestros padres probablemente aprendieron bajo esta percepción de la escritura y la lectura.
Haciendo un breve recorrido por la iniciación a la lectura podemos mencionar que el primer método utilizado para estos fines fue el denominado “alfabético”: Se enseñaban primero las letras mayúsculas y minúsculas por orden alfabético, cada una con su correspondiente nombre. Ejemplo:

te T

ese S

Luego se utilizó el denominado método fonético, también muy conocido por nosotros: Primero se enseñaba el sonido (fonema) y la forma (grafema) de las vocales, después las consonantes (en un orden no establecido), que luego se combinaban con las primeras. Ejemplo:


ma me mi mo mu
pa pe pi po pu


Posteriormente se comenzó a trabajar con el método psicofonético que consiste en comparar las sílabas de diferentes palabras y utilizarlas para formar nuevas. Ejemplo:


mama mesa
ma - ma me - sa
ma-sa masa


Como se puede apreciar todos estos tipos de “mecanismos” de iniciación en la lectura carecían de sentido y relevancia en la vida cotidiana del niño. Por ello, en contraposición a estos métodos y basándose en nuevas investigaciones nace el nuevo concepto de alfabetización inicial, el cual busca poseer un sentido más práctico para el alumno y valiéndose de su propio entorno y del medio en el cual se desenvuelve cotidianamente como herramientas para contribuir en el proceso de enseñanza lecto-escritora. Hoy, como en otras disciplinas, se espera que el niño además de “saber” algo descubra lo que es el “saber hacer” con ese conocimiento, vale decir, que sepa utilizar sus conocimientos de acuerdo a sus necesidades y en el contexto de su vida diaria. Además, hoy se toman en cuenta los conocimientos que los pequeños ya traen consigo en cuanto a aspectos del lenguaje a la hora de iniciarse en el aprendizaje lector, y estos son utilizados como base para, desde allí comenzar a progresar con el pequeño, considerado como ser único y con características e intereses propios. Bajo este prisma y apoyándose fundamentalmente en los estudios de Vigotsky (zona de desarrollo próximo), el maestro es considerado como un guía en el proceso de la enseñanza aprendizaje y las redes sociales de los niños contribuyen en significativa medida al fin pedagógico. Así, estudiantes, docentes, compañeros, apoderados, y en general toda la comunidad educativa contribuye al aprendizaje efectivo de los niños en la lecto-escritura. Por último, destacar el valor y el provecho que esta concepción le saca a la publicidad y los medios de comunicación en pro de los fines educativos, lo cual no es menor si consideramos que estamos viviendo la era de los medios de comunicación y cada día nuestra vida se ve más bombardeada de publicidad por diverso frentes.
Titánica y hermosa labor, la que, como futuros docentes se nos ha encomendado realizar, de nosotros depende que el nuevo cambio de enfoque sea llevado de manera efectiva a las aulas de nuestro país, pues si bien es cierto, el discurso oficial promueve estas prácticas, aún en el día a día es recurrente encontrarnos con niños que siguen intentando realizar sólo los “palotes” que, cual tesoro histórico es preservado de la misma manera y con la misma forma como nosotros los realizábamos hace ya varios años.


Ahora bien, dicho todo lo anterior, no es mi intención que se piense que el apresto debiera morir para siempre y deshecharlo así sin más ni más, pues es un trabajo necesario para el desarrollo de destrezas escritoras en cuanto a las habilidades motoras, pero sí importante sería que cambiaramos el antiguo enfoque en donde se le consideraba como la única vía de acceso a la escritura. De ser utilizado con en su justa medida y en compañía de otros factores, es sin duda un gran aliado de la alfabetización inicial.



Bibliografía consultada:


BRAVO, Luis. La alfabetización inicial: un factor clave para el rendimiento lector.

BAEZA, Paz. ¿Qué se entiende hoy por alfabetización inicial?.